Aproximadamente 8 años atrás, y a través de mi hijo, quien aún no había cumplido los 16 años, conocí por vía telefónica a Gerardo Gill Dams (alias “Justin”, “El Pingüino”, “VVperiodistas” y una docena de identidades digitales falsas).
Nunca nos hemos visto personalmente. Al parecer, Gerardo residió un corto período en Panamá y después se marchó a Miami, donde reside y solicitó asilo político. Dicha solicitud fue admitida y, hasta la fecha, el gobierno norteamericano no la ha confirmado ni rechazado.
Durante estos años ha tenido tiempo suficiente para conocerme: entorno familiar, vida pasada y presente, visión, vinculaciones, trabajo, etc., etc., etc. Como todo un psicópata frío y calculador, se fue convirtiendo en mi amigo y hasta en confidente.
A través de Gerardo conocí a un buen número de empresarios y enchufados: Gonzalo Morales Divo, David Osio, Norka Luque, etc. Su verdadera fortaleza es la capacidad que tiene en el mundillo de los “enchufados” miameros. Es un gran relacionista público, ambicioso, sin escrúpulos de ningún tipo, adicto al dinero fácil, la dolce vita, las escort y la cocaína.
Se dio a conocer como un “hacker arrechísimo” quien fue imputado por el Ministerio Público al atribuirle el acceso remoto a las pantallas electrónicas de los aeropuertos internacionales de Maiquetía y Porlamar, para colocar mensajes vulgares en contra del presidente Nicolás Maduro. Luego encabezó, en distintos momentos y circunstancias, ataques cibernéticos en contra de páginas web de los gobiernos de Venezuela, Cuba y otros destinos del mundo. Esa fama de “ciberdelincuente” y “hacker” le ha permitido lucrarse como “consultor de seguridad cibernética”, “limpiador reputacional” y “generador de contenidos políticos digitales” que luego se viralizan.
Al igual que Rafael “Rafa” Núñez, vende una especie de “cobertura de servicios de seguridad digital” que consiste en monitorear las 24 horas del día las RRSS e internet, para desaparecer cualquier comentario o publicación —sin importar su extensión— que moleste a su cliente, denunciarla y reportarla usando herramientas digitales que generan cientos de comentarios y quejas, hasta que la respectiva RRSS cede y la borra. Esa gestión llega mucho más allá y, en ocasiones, negocia con los administradores y/o webmasters para que borren algún contenido en particular. Adicionalmente, vende servicios para contraatacar y destruir civil y moralmente la reputación de quien se atreva a denunciarlos, a él o a su cliente.
A pesar de ser un hombre inculto, sin méritos académicos, carente de talento para escribir una nota de prensa y mucho menos un reportaje, gana miles de dólares semanalmente por “ensuciar reputaciones”. Usando herramientas digitales —que cualquier persona puede comprar— destruye a personas que luego quedarán inevitablemente “manchadas” de por vida, perjudicándolas en su entorno familiar, impidiéndoles conseguir trabajo, préstamos, tarjetas de crédito, aperturar cuentas bancarias, obtener créditos de la banca y hasta ingresar a un país. Todo, absolutamente todo, es consultado o revisado previamente por Google (googleando). Si el “cliente” no accede a sus pretensiones, termina convirtiéndose en su víctima. El mismo esquema de chantaje, fraude y estafa que ejecuta Rafa Núñez.
Otro servicio es el llamado “posicionamiento”: consiste en publicar todo tipo de contenidos a favor de determinada persona (de todo tipo, sin perfil definido ni relación alguna con su realidad, pero positivo). Lo publican en páginas de altos volúmenes de visitas y desplazan a los negativos en los primeros lugares del motor de búsqueda de Google.
UN PSICÓPATA PELIGROSO: VENGATIVO Y DAÑINO
Al carecer de cultura y formación académica, plagia, copia y/o duplica los contenidos. Aprendió con un maestro: Gonzalo Morales, mejor conocido como el “Gordo” Gonzalo. Era el “Rey” del mercado reputacional en Miami. Convirtió el portal “Miami Diario” en un arma temida. Si algún empresario, enchufado, banquero o bolichico caía en sus manos, eran destruidos. Todos le rendían pleitesía y le daban “ofrendas” para gozar de sus buenos oficios y no caer en sus garras. Su sola mención generaba miedo.
Gonzalo llegó a niveles inmanejables: mansiones en Miami, apartamentos en Nueva York (donde llegaban la plana mayor de Primero Justicia), un apartamento ubicado en el más exclusivo y lujoso condominio de Miami que le prestó un par de años a Gustavo Guaidó, a cambio de “millonarios” favores del gobierno interino; las mujeres más bellas (Aleska Génesis y sus hermanas, una exnovia de Marc Anthony, Fabiola Colmenares, etc.).
El “Gordo” obtenía un crédito, sin ningún tipo de garantía, con tan solo levantar un teléfono y comunicarse con algún banquero venezolano residenciado en Miami, al que le conocía historias que, si se filtraban a la opinión pública, lo destruirían.
Gonzalo era el propietario de un famoso restaurante italiano en Miami, donde se daba cita la élite de los contratistas de PDVSA, funcionarios petroleros venezolanos, banqueros, políticos y hasta artistas. El restaurante estaba repleto de micrófonos ocultos. Las grabaciones obtenidas se negociaban con los protagonistas. Así, González Morales obtuvo créditos que nunca pagó, contratos en CITGO y BARIVEN, tomó el control tras bastidores de “Dólar Today” y la televisora por YouTube VPITV. Así se hizo amigo íntimo de Lilian Tintori y Leopoldo López. El Departamento de Justicia lo contrató como confidente y lo ha protegido hasta hoy. Ha delatado a decenas de célebres venezolanos. Su último chantaje más famoso fue en contra del clero católico y la Arquidiócesis de Miami, para que “certificaran” que fue “curado” por un milagro de José Gregorio Hernández.
Su alumno más aventajado y office boy o mandadero fue Gerardo Gill, a quien llamaba cariñosamente “Jerry”, quien incluso vivió en uno de sus apartamentos. Gerardo aprendió con Gonzalo el “arte” de usar a bellas escorts para obtener información incalculablemente valiosa y usarlas como llave para ingresar a los más exclusivos círculos sociales. Luego pulió dicho conocimiento junto a Gustavo Lainette.
Gonzalo Morales Divo me confesó personalmente haber tenido en su “nómina personal” a Jesús Medina Ezaine, Leocenis García, Casto Ocando, Maibort Petit, Alberto Rodríguez Palencia, Raymond Azar e Iván Simonovis, a quienes empleaba para sus fines. Entre sus socios y cómplices tuvo a Alberto Federico Ravell y Gustavo Guaidó.
UN TAL JERRY
Cuando una página web se posicionaba, Gonzalo hacía una oferta de compra o enviaba a “Jerry” como emisario. Le salía más barato comprarla y cobrar individualmente a los interesados en borrar algún contenido que les perjudicara.
Si no accedías, actuaban de manera hostil: atacaban la página a través de distintos mecanismos, buscaban alguna falla en el panel de control para ingresar a la base de datos, hacían denuncias por derechos de autor y, últimamente, compraban herramientas que les permiten obtener las claves de acceso archivadas en cualquier dispositivo electrónico e ingresar a algunos portales para modificar sus bases de datos. Existe una herramienta que ingresa de manera directa a la base de datos.
Abundan los ejemplos: Dólar Today (la base de datos fue negociada y alterada), PanAm Post (cuando un familiar de María Corina Machado del personal quedó inconforme con la liquidación y se cobraron “borrando” contenidos), Maibort Petit y Norbey Marín en su momento denunciaron haber sido “víctimas” de ciberataques en sus canales de YouTube, pero se rumora que recibieron grandes cantidades de dinero a cambio de desaparecer todo el contenido.
Pero debo reconocer que el “Gordo” Gonzalo era medianamente culto, generoso, agradecido y leal. A través de Gonzalo obtuve la valiosa información que me permitió develar al “triple agente” César Omaña.
En varias ocasiones modificaron noticias dentro de la base de datos de la página web del diario El Universal, a solicitud de Francisco y Franco D’Agostino, y alteraron el contenido de publicaciones donde ambos quedaban al descubierto. Simultáneamente, modificaron una noticia relativa a mí, para luego atribuirme la acción a mí.
En el pasado, cuando Gerardo Gill residía en Venezuela, trabajó en PDVSA. En el año 2019 fue demandado junto a Angie Pérez por presunta difamación al restaurante Bocas Grill, una trama que algunos catalogaron como un intento fallido de extorsión.
Bocas Group demanda ante corte de Miami por difamación y conspiración a Angie Pérez by Kenyer
EL DREAM TEAM
Gerardo Gill Dams es una persona inculta, resentido, acomplejado, pero muy ambicioso, sin escrúpulos, dispuesto a lo que sea para mantener su opulento tren de vida. Acostumbrado a gastar el dinero mal habido a manos llenas y a salir todas las noches en Miami a los mejores sitios, a cambio de traicionar hasta a su madre.
En diciembre de 2019 la situación económica estaba muy mal, y Gonzalo fue la única persona que se compadeció y me hizo un generoso obsequio. ¡Dios mío! Tuvimos cena de Año Nuevo, regalos tardíos pero recibidos con mucho gusto, y pudimos pagar parte de los gastos académicos de mi hijo, que tenía pendientes.
Tan pronto se enteró, estalló la ira de Gerardo. Juró venganza, y lo hizo. Un par de semanas después me enteré, por boca del propio Gerardo, que la junta directiva del portal “The Freedom Post”, encabezada por Laura De Rosa Martínez, había publicado un amplio comunicado desvinculándose de mí, porque —a través de una intensa campaña de descrédito— decían que eran mis empleados y que dicho portal me pertenecía. La respuesta fue peor que la campaña misma. Cuando les respondí, publicaron un segundo comunicado, peor que el primero. Mi hijo era aún menor de edad, tenía 17 años; nos acusaron de las peores atrocidades y nos criminalizaron. Aún en la web se encuentran algunas de esas publicaciones. No midieron las consecuencias. Nos subestimaron. Tomamos el hacha de la guerra y algunos de su staff salieron salpicados de mierda de por vida.
Pocos días después, y por intermediación del propio Gerardo, pactamos una tregua. Todo era obra de su mente maquiavélica. A través de ellos me enteré de “interioridades” del equipo de Factores de Poder que habría preferido no conocer. Laura era la productora de Patricia Poleo.
En medio de la refriega, y sin que nadie lo hubiera mencionado, apareció el anodino Tulio Capriles Mendoza a meterse con mi hijo. Fue fácil detenerlo: solo hace falta recordarle algunas verdades. Como deben ya imaginar, el mediador fue Gerardo.
Ese modus operandi es recurrente por parte de “Jerry”: cree conocerme y siempre está seguro de predecir mis reacciones, apelando constantemente a ofender a mi madre, esposa e hijo. Este último ya va a cumplir 24 años.
A día de hoy fundó la empresa TURBO CREDIT, una supuesta empresa de reparación de créditos, junto a su compañera sentimental Maria Infante (complice de muchas fechorías del señor Gerardo). Esta se autodenomina como “Credit Repair Specialist”


Esta empresa ha recibido el apoyo de Carlos Mendez a través del medio de comunicación que le robaron al difunto OSWALDO MUÑOZ. Llegando a recibir entrevistas y el apoyo mediático de Miguel Ángel Rodríguez

SIN TALENTO Y SIN PROBIDAD
A lo largo de estos años ha creado un perfil falso de mí. Al carecer de talento, valores y una buena educación, siempre recurre a la creación de algún sitio fake para copiar (plagiar) lo que escribo, llegando a tener varias páginas que simultáneamente los reproducen, incluso de manera automática. En otros casos, junto a R. Azar, han tomado el control de páginas como por ejemplo https://elfarodelmorro.net/, donde antagonizan conmigo, atacan cobardemente a mi hijo y a mí, y hasta publican contenidos bajo mi firma que realmente no son de mi autoría, pero cuyo objetivo es generarme problemas y enemigos.
Sistemáticamente han creado páginas web, blogs, redes sociales, correos electrónicos, incluso hasta un estilo característico (de ellos), usurpando mi identidad. De esta manera, se han lucrado groseramente ofreciendo mis servicios, haciéndose pasar por mí y cobrando grandes cantidades de dinero para “limpiar” contenidos o campañas destinadas a difundir determinados contenidos.
Han llegado al extremo de crear perfiles de WhatsApp con mi mismo avatar, donde se hacían pasar por mí, y cuando no podían justificar más que las personas no puedan verme —en una videollamada, por ejemplo— les hacían creer que les atendía mi hijo o mi socio, que resultó ser nada más y nada menos que Gerardo Gill Dams, ya que según ellos, yo estoy preso en una cárcel en Barcelona. Pregúntenle sobre este último punto a Nitu Pérez Osuna y a Vladimir Petit Medina.
Todos estos años han contado con la complicidad, participación y colaboración de Wender Enrique Villalobos Padrón, de quien más adelante les hablaremos.
COMO DICEN EN MARACAIBO: TRIMARDITO
Gracias a Dios he podido ganarme la vida con las investigaciones privadas que realizo: particulares y corporativas (“due diligence”, o diligencia debida, es un proceso de investigación y análisis exhaustivo que se realiza antes de una adquisición, inversión o transacción importante, para evaluar el estado actual de una empresa o activo. Este análisis, generalmente realizado por terceros independientes, ayuda a identificar riesgos, evaluar la viabilidad de la operación y determinar un precio justo). Mi esposa trabaja y nuestro hijo es el único nieto de abuelos paternos, lo que le genera una serie de apoyos y beneficios.
Dentro de su mente, Gerardo cree que yo soy su esclavo o su sumiso sexual; por lo tanto, no me puedo oponer a sus designios o planes, porque, en caso de hacerlo, lo pagaré bien caro.
Durante el confinamiento, esta parte de Europa se quedó sin tapabocas. Se agotaron completamente por varios días. Le comenté a Gerardo para ver si las conseguía en Miami, y me informó que estaba vendiendo las faceshield (en inglés se traduce como pantalla de protección facial o careta de protección en español), y con gusto nos podía enviar de regalo una para cada uno de nosotros. Me emocioné y le di la dirección de mi casa para que me las enviara por un courier. Como ya supondrán, nunca llegaron. Los que sí aparecieron varias semanas después, un 23 de diciembre, fueron tres individuos de nacionalidad venezolana, quienes se estacionaron cerca de la casa.
Todos los días salíamos a caminar, junto a mi hijo. Les pasamos por detrás. Cuando veníamos de regreso, se detuvieron cerca de nosotros para preguntarnos si sabíamos dónde se encontraba un supuesto hotel. Simplemente negamos con la cabeza. No articulamos palabra alguna. Llevábamos tapabocas, gorra, chaqueta y guantes. Nos tomaron una fotografía a unos 500 metros de distancia y, cuando nos marchamos, tomaron unas fotografías externas de la casa, donde se aprecia claramente el número de la vivienda y la camioneta de mi esposa, estacionada adentro, donde se distingue claramente la matrícula.
Entre febrero o marzo siguiente fueron ampliamente difundidas en Venezuela, anunciando que mi casa había sido allanada por las autoridades policiales y que yo había sido capturado, ya que era requerido por las autoridades panameñas, según ellos, por ser prófugo de la justicia de ese país. Ahora bien, presten atención:
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La noticia de “última hora” fue difundida principalmente por Globovisión y El Universal.
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El primero en viralizarla en medios digitales fue Alberto Rodríguez Palencia.
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La difusión de dichos datos personales (dirección, número de la casa y número de matrícula de la camioneta) constituye un delito.
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Se crearon no menos de 50 portales en internet para difundir esa fake news.
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(Este punto estaba faltando en el listado original, lo conservo como numeral omitido para fidelidad al contenido.)
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Meses atrás, Juan Guaidó y Alberto Federico Ravell financiaron una campaña similar en mi contra, por denunciar los hechos ilícitos en los que incurrió el gobierno interino.
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En la primera web que se utilizó, la versión —digna de una película de James Bond— aseguraba que me habían ubicado gracias a lo último en tecnología de geolocalización e inteligencia telefónica.
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Desconozco las razones que llevaron a Raúl Gorrín y a Gustavo Perdomo a participar, más aún cuando Gorrín, tiempo después, sirvió de puente para que yo conversara con un conocido empresario vinculado al alto gobierno.
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Esa es la misma narrativa impuesta luego por el delincuente Wender Enrique Villalobos Padrón, plagada de mentiras y falsedades: que estuve preso en España y que luego me concedieron una libertad condicional, que había estado preso en Panamá, que estaba poniendo tierra de por medio con Gerardo y Tulio Capriles porque yo temía perder los beneficios procesales, que mi esposa estaba molesta conmigo y me puso un ultimátum por los constantes ataques de Wender “El Orate”, etc., etc., etc.
Queda evidenciado que el “patriota cooperante” Gerardo Gill Dams, muy amigo de Pedro Carvajalino, desde hace años atrás actúa en complicidad con ese degenerado travesti Wender Villalobos.
A finales del año pasado, un conocido empresario petrolero decidió contactarme directamente. Para ello, acudió a Raúl Gorrín y este a mi difunto amigo Oswaldo Muñoz. En pocas horas estábamos conversando. La conversación se extendió por casi tres horas. No lo podíamos creer.
Durante casi dos años lo había engañado, suplantándome, y, sacando cuentas, a través de diversos trabajos, se había ganado en ese tiempo unos 250 mil dólares. El empresario inmediatamente rompió relaciones con Gill, y yo, junto a mi equipo, me encargué de sus investigaciones. Pero sabía que, en algún momento, tomaría venganza.
Demostramos que la calidad de nuestro trabajo era superior al de todos los anteriores que había contratado, e incluso técnicamente superior al que le brindaban los jefes policiales que lo rodean. Le hemos servido de manera profesional, transparente, leal y discreta. Hemos cultivado una valiosa amistad, pero nunca he olvidado que él es el jefe y yo la persona contratada para servirle.
Sería bueno preguntarle a Francisco D’Agostino Casado cómo lo trata y qué tanto lo engaña; a Jorge Andrés Giménez y/o a Carlos Méndez. En el bajo mundo miamero se rumora que su empresa TurboCredit reinició operaciones meses atrás gracias al apoyo financiero de D’Agostino.
MAS CLIENTES
Desde finales del año pasado empecé a recibir amenazas de un comerciante de origen árabe, a quien años atrás dictaron orden de captura y tuvo que huir del país, porque el propio gobierno lo acusó de estar presuntamente vinculado al “Loco” Barrera.
En Estados Unidos le otorgaron asilo político, y en años recientes regresó a Venezuela, donde reside sin problema alguno. Es amigo de Pedro Carvajalino y dice ser amigo de Nicolás Maduro Guerra, del Fiscal General Tarek William Saab y de altos jefes del CICPC.
A partir del pasado 14 de febrero, sus ataques se intensificaron. Aseguraba que era víctima mía y que yo periódicamente lo extorsionaba con publicaciones en relación a su pasado, pero que ya estaba harto. Logró que la División Contra la Delincuencia Organizada le ordenara al SAREN una investigación en mi contra, y nos aseguró que lograría que emitieran orden de captura y alerta internacional de INTERPOL por extorsionarlo.
Milimétricamente, a partir de las 12:01 a.m., comenzó una oleada de publicaciones en decenas de cuentas compradas en Instagram, con cientos de miles de seguidores, con un remitido firmado por el ciudadano NAGF, acusándome de llevar años desplegando una campaña difamatoria, extorsiones y chantajes en su contra. Adicionalmente, me acusaba de narcotraficante; a mi esposa, de dirigir una red de trata de blancas y regentar un burdel; y a mi hijo, de ser mi cómplice y el encargado de mis supuestas publicaciones.
La batalla duró 15 días. Resistimos, respondimos y negamos las mentiras, luego de lo cual el webmaster de T.G. pidió una tregua. Durante todo ese tiempo, Gerardo Gill se desentendió y ausentó. Era un viernes. Amenazaban con sabotear un seminario en directo que mi hijo dictaría; tenían puestos reservados online para abochornarlo en vivo, frente a unos 200 asistentes.
Gracias a Dios logré conversar con T.G. antes del evento, y adivinen la sorpresa: Gerardo Gill llevaba unos 7 años extorsionando a T.G., y este último subiendo contenidos en contra de nosotros para destruir nuestra reputación. Todo había sido orquestado criminalmente por Gill Dams. Le sacó miles de dólares en ese tiempo, supuestamente para mí, para borrar contenidos que él me atribuía en páginas creadas por “Jerry” para tales fines.
La mayoría las cerró, pero aún sobreviven dataconfirmada.com y abcnoticias.com, creadas únicamente para extorsionar, y dateado.com, creada para ponerla al servicio del oficialismo y ganarse indulgencia. Con esas mismas páginas trató de extorsionar a Eduardo Capriles y Alexander Granko Arteaga, con la misma intención de implicarme.
Me reservo por ahora la identidad de quienes actuaron junto a Gerardo para sacarle varios miles de dólares a T.G. Pero les daré pistas: un líder de la resistencia en Miami y una conocida periodista, amiga de Raúl Gorrín y quien recientemente contrajo nupcias.
En esos mismos días, extorsionaron a un exmagistrado zuliano, quien formó parte de la Sala Penal del TSJ, e intentaron hacerlo con Waldo y Vicente Rujano, quienes de manera pública y notoria están vinculados al desaparecido narcotraficante Ñeñe Hernández.
Pero Waldo Rujano les tendió una trampa, y resultaron imputados el periodista Gustavo Azócar y el influencer Jonatan Palacios.
Yo no me escondí. Los denuncié y desmentí cualquier posibilidad de implicación. Contacté al periodista de Últimas Noticias que publicó la denuncia, demostré mi inocencia, pero Waldo Rujano, Vicente Rujano Garofalo y toda la familia no han podido desmentir nuestra investigación, que permanece inmutable en nuestras páginas electrónicas.
Hasta el día de hoy, nadie ha podido desmentir ninguna de nuestras denuncias. Cuando pretenden descalificarnos, tildan a los portales de fake news y falsos noticieros, pero no hay ningún argumento o prueba en contra de nosotros. Después de casi 30 años de investigaciones periodísticas, no existe ni una prueba en mi contra que pueda demostrar alguna extorsión.
Los últimos 15 años guardé silencio. Hice caso omiso a las acusaciones y señalamientos infundados, pero me cansé y salí del anonimato para desmentir, con argumentos y pruebas, a unos cuantos.
A las pruebas me remito: le respondí con el mayor respeto posible a doña Sebastiana Barráez, quien guardó silencio ante mis argumentos. Luego, cuando otros cobardemente la atacaron en un momento de debilidad política, insultándola y vejándola, los denunciamos y exigimos respeto por su condición de dama.
Reté públicamente y desmentí a Nitu Pérez Osuna y a su esposo Vladimir Petit Medina, y tuvieron que meterse la lengua en el culo. No pudieron desmentir mis argumentos, pruebas y documentos.
Ambos, acostumbrados a reinar entre enanos y eunucos, pensaron que yo era algún otro analfabeta, inculto y del arrabal como Wender Enrique Villalobos Padrón, cuya conducta evidencia que fue víctima de abusos sexuales cuando niño.
“Sus problemas sociales y de adaptabilidad a lo largo de su vida, violencia contra parejas anteriores, rechazo hacia la parentalidad y figuras masculinas con autoridad, evidencia que fue abusado sexualmente en su infancia por un miembro de su entorno familiar.”
PERFIL DE LA CONDUCTA DE WENDER VILLALOBOS
¿De tal palo…? Parentalidad, género y violencia en la infancia de los hombres que han ejercido violencia contra sus parejas
Matías De Stéfano Barbero
Universidad de Buenos Aires – CONICET, Argentina
[email protected]
BIBLID [ISSN 2174-6753, Vol.18: a1803]
Artículo ubicado en: www.encrucijadas.org
Fecha de recepción: 27 de marzo de 2019 || Fecha de aceptación: 25 de noviembre de 2019RESUMEN: El presente artículo aborda la intersección entre parentalidad, género y violencia que caracteriza frecuentemente las infancias de los hombres que ejercen violencia contra sus parejas. En sus experiencias familiares, la violencia aparece como un continuum, presenta un carácter simultáneamente destructivo y productivo, lleva consigo una forma de pedagogía que conduce a su normalización y aprendizaje como un recurso de uso legítimo en sus relaciones afectivas y es instrumentalizada por sus padres –y en ocasiones con reconocimiento por parte de sus madres– para inculcarles el principio de jerarquía de género, su deseabilidad y legitimidad.
El análisis de sus experiencias infantiles sugiere que la construcción de sus masculinidades está estrechamente vinculada al poder, pero también a la vulnerabilidad y a la alienación, donde diferentes formas de violencia tienen un papel fundamental y fundacional.
Palabras clave: parentalidad, infancia, violencia, género, masculinidad.
TULIO CAPRILES
Desde hace varios años atrás empezó una extraña relación de dependencia entre Tulio Capriles Mendoza y Gerardo Gill Dams. Este último siempre intervenía cuando, en algún trabajo o investigación que se hacía pública, evidenciábamos que Tulio no tenía ningún vínculo familiar con los Capriles López; que, a pesar de insistir en una supuesta ascendencia familiar noble, existían pocas pruebas genealógicas que avalaran sus historias. Ha hecho lo humanamente posible por eliminar de internet toda evidencia de la participación de Manasés Capriles en el asesinato de su esposa Lorena Márquez, y la vinculación en el tráfico de cocaína a gran escala, tanto que se llegó a hablar de un “Cartel Capriles” en el estado Aragua.
En varias ocasiones Gerardo insistió en que lo conociera y me sumara a su “Capriles Media Group”, pero la idea de este individuo de una relación consiste en un tipo de subalternidad, sumisión y adoración sin cuestionamientos a sus designios. Por supuesto, nunca congeniamos.
Primero alardeaba y luego trató de borrar su designación como viceministro de Tareck El Aissami, cuando este estuvo al frente del Ministerio de Finanzas.
Después se exhibía en sus redes sociales como todo un magnate, jugando golf casi a diario y consumiendo sendos habanos en el resort de Donald Trump en Mar-a-Lago.
Gerardo sirvió como puente para acercarlo a Carlos Méndez.
Tan pronto Edmundo González se residenció en Madrid, Tulio viajó expresamente para sostener un almuerzo con Carlos Méndez, con la única intención de pedirle que le sirviera de puente, junto a Antonio Ledezma, para penetrar “en caliente” el círculo del “presidente electo”.
En esos días, Gerardo me confirmó que Tulio Capriles era el autor intelectual de una campaña de descrédito desplegada con particular saña en contra de Antonieta Jurado, su hijo Jorge Makriniotis y Miguel Henrique Otero Castillo, quienes por cierto se han ganado, con mucho mérito, su mala fama.
La visita de Tulio resultó en una mudanza permanente y, a partir de ese momento, empezó a ejercer acciones para posicionarse como “Capo” en un nuevo territorio.
Gerardo Gill, en los últimos cinco años aproximadamente, se ha convertido en el brazo ejecutor de todas las cíclicas y periódicas campañas de descrédito reputacional, desplegadas a través de internet y RRSS en contra de la familia Villarroel Sierralta, pero esta última incluía a la embajadora de Venezuela en Madrid y expresidenta del TSJ, Gladys Gutiérrez. Apenas me lo planteó, le informé que no contara conmigo.
“Jerry” es muy hábil y creativo para convencer a personas de su entorno para que hagan eco y repliquen sus destructivas publicaciones en la web y redes sociales.
Una de sus estrategias predilectas consistía en asegurar que los Villarroel le habían pedido un presupuesto para “limpieza reputacional” y, semanas después, decía que lo habían engañado, que se habían burlado de él y no lo habían contratado, por lo que invocaba la solidaridad “gremial” para atacarlos de forma masiva.
Una madrugada, por casualidad, vi una guerra entre un grupo de cuentas de Instagram con cientos de miles de seguidores, y todo se resumía en las peores acusaciones y señalamientos entre los afectos a los Villarroel y la pandilla digital de esa ficción denominada “Capriles Media Group”, “La Marca” del Tren de Tulio.
Quienes defendían a los Villarroel Sierralta aseguraban que yo formaba parte de dicha pandilla. Inmediatamente me comuniqué con Gerardo y lo tomó a chanza, confirmándome que era obra de “Tulito”. Intervine, los insulté a todos y les pedí no me mezclaran en sus problemas homosexuales. Amanecía un viernes.
El domingo siguiente se volvió a armar otra guerra de insultos. Me comuniqué con Gill Dams. Me sentí claramente aludido. Me dijo que agradeciera que no decían mi nombre. Señalaban a “Noticias Candela”.
Gerardo, meses atrás, creó un clon de Noticias Candela que reproduce automáticamente todos los contenidos que publicamos y emplea cuando desea hacer pública alguna información que desea me atribuyan a mí.
Es la tercera que crea:
🔗 https://noticiascandelainforme25.com/
Le pedí el número telefónico de Tulio Capriles. Se negó. Inmediatamente ubiqué el de Morris Villarroel y, después de una acalorada conversación, dejé claramente establecido que no tengo ningún vínculo y no conozco a tan despreciable personajillo. Nunca he conversado con él en mi vida. Es un tipo gris, carente de algún talento, acomplejado y de conducta gansteril.
Tulio está tan demente que no le importa que hablen mal de él, pero que hablen. Él mismo financia campañas para generar controversia en su contra, tratando de imponer una visión mitificada: que la gente crea que es una especie de gánster digital, una versión venezolanizada de Julian Assange. No le perturban en lo más mínimo las acusaciones o descalificativos, los asume como un daño colateral necesario. Trata de imponer aquel pensamiento de El Príncipe de Maquiavelo: “El respeto se pierde, pero el miedo no”.
Tulio Capriles Mendoza está tan chalado que él mismo le paga a Wender Enrique Villalobos Padrón para que finja ser su enemigo y lo ataque a través de señalamientos intrascendentes.
Pero es parte de su plan: llegó a Madrid con un capital aproximado de 4 millones de euros, que es poco para su nivel de vida. A estas alturas debe haber gastado al menos un millón. Solo el mes en Ibiza cuesta unos 50 mil euros o más. Matriculó a sus hijas en las clases de golf más caras y exclusivas. Allí puede codearse y conocer a las élites, mientras Wender Villalobos asegura que Tulio —el estafador— es familia de los Capriles López y primo de Enrique Capriles Radonski. De esta manera, busca una víctima adinerada a quien convencer de asociarse en alguno de sus “lucrativos y maravillosos” negocios.
Este atrevido delincuente y peligroso manipulador serial lleva unos 8 años atacándome a mí y a mi familia. Desde que yo vivía en Panamá y él en Chile.
Cuando Patricia Poleo se enfrentó públicamente contra la diputada panameña Zulay Rodríguez, por sus acciones xenófobas contra venezolanos, Wender aseguraba que yo me dedicaba a extorsionar a ciudadanos venezolanos que se encontraban ilegalmente en Panamá.
En una ocasión la entrevistó y le criticó su supuesta amistad conmigo. Zulay respondió que no conocía a nadie con mi nombre y él insistió en comentárselo luego por conversación telefónica privada. Nunca en mi vida he conocido a Zulay.
Presten atención:
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Acosa a mi hijo desde que era menor de edad.
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Nunca lo he visto personalmente ni he conversado con él.
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Una vez se tomó el atrevimiento de enviarme un mensaje privado por Instagram para recriminarme por “haberle tirado”.
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Me fui de Anzoátegui 10 años antes que él.
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Se entiende de manera privada con Gerardo Gill, nunca lo ataca ni menciona y, cuando lo hace, es para lavarle el rostro.
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En una ocasión Gerardo me informó que se rumoraba que yo tenía buenas relaciones con Wender. Le advertí que el único capaz de decir semejante mentira era él y que yo lo perseguiría el resto de mi vida.
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De manera obsesiva insulta, acusa y amenaza a mi hijo. Proyecta así su frustración y envidia al no poder brindarle al suyo lo que yo le he dado al mío.
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Me ha inventado cuanta historia se le ocurre sin mostrar pruebas: que INTERPOL me busca, que trabajé para Tarek William Saab y ahora lo hago para Diosdado, y que soy el “patriota cooperante” que le suministra información.
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Que en Anzoátegui me dedicaba a extorsionar a comerciantes junto al marihuanero Augusto Hernández Soria. Es público y notorio que este último es mi enemigo desde hace más de 20 años.
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Que estuve preso, me fugué y estoy solicitado por las autoridades de Panamá.
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Que he atacado por años a sus hermosas hijas (no son sus hijas biológicas), a quienes he señalado de prostitutas, junto a su esposa (quien, al igual que él, fue chavista incluso durante su estadía en Chile y fue fiscal del Ministerio Público al servicio de Luisa Ortega Díaz) y a su madre de haber muerto de SIDA, lo cual es completamente falso.
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Que la policía allanó mi casa, pagué pena de prisión y actualmente estoy bajo presentaciones en un tribunal.
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Que yo lo extorsioné y tiene la prueba escondida para que no se “contamine”. (Será con tanta mierda que habla).
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Nunca ha presentado ninguna prueba en mi contra.
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Anunció que le haría una entrevista a Mario Villarroel para que me denunciara. Aún estoy esperando la cacareada entrevista. Me lo imagino con su peluca —Wender es travesti— gritando: “¡Que pase el desgraciado!” o un martillazo en el estrado sentenciando: “¡Caso cerrado!”.
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Aseguró que yo desarrollé campañas de descrédito contra la familia Petricca en Anzoátegui. Estoy esperando que entreviste a Gustavo Petricca, como anunció, y este le informe que, a partir de 1999, fui asesor del Grupo PEDECA por tres años y fui su ejecutivo mejor pagado: 3 millones de bolívares al mes. Entonces, el sueldo mínimo en Venezuela era 120.000 bolívares. En el 2000 inicié en TVO ganando 1 millón y medio de bolívares y, cuando finalicé mis servicios para ellos en 2007, ganaba 5 millones de bolívares al mes. Conduje el programa con mayor sintonía en la historia de TVO y reportajes impactantes. Solo por mencionar unos pocos: entrevisté de manera exclusiva al “Gordo” Kike, Hugo Ojeda Negretti y Jeffry Andrew Sams dentro del penal de Puente Ayala. Fui el único reportero que logró ingresar al hospital de Guaraguao para entrevistar a unos polizones africanos que la tripulación del barco intentó asesinar rociándolos con un poderoso pesticida. El sueldo mínimo en Venezuela era de unos 615.000 bolívares. Como columnista exclusivo, Reporte Diario de la Economía me pagaba 3 millones de bolívares al mes.
Trabajé para Miguel Ángel Capriles López, Tobías Carrero y, posteriormente, para agencias internacionales y empresarios de presencia global.
Allí se origina el odio de estos acomplejados e incultos personajes. Yo sabía que cuando Sebastiana lo conociera intelectualmente, le generaría repulsión.
CARTA ABIERTA A SEBASTIANA BARRÁEZ
Hasta ahora no había respondido públicamente a sus señalamientos. Básicamente por dos razones: giramos en órbitas distintas.
Primero, las personas que me siguen ni remotamente perderían el tiempo viendo uno de sus programas.
Segundo, dice puras incoherencias sin sentido: fake news, manipulaciones y denuncias sin sustento. Ninguna persona medianamente culta, informada y con estudios superiores le da credibilidad a ninguna de sus sandeces.
Pero la cosa se puso seria pocos días atrás, cuando me empezó a vincular —y a Iván Ballesteros (por haberme realizado una entrevista)— con un posible atentado contra María Corina Machado, los días previos o durante las elecciones municipales:
Como hemos desmontado cada una de sus mentiras, ha creado una narrativa incoherente y nunca ha ofrecido disculpas a su audiencia por las falsedades.
En una de sus últimas demenciales apariciones trató de justificar sus incongruencias y aberraciones. Pero por nada aclara ni admite que a Tulio Capriles lo denunciamos más de un año atrás, al intentar penetrar el entorno de González Urrutia; que el día anterior publicamos un reportaje donde mostramos la genealogía de Tulio Capriles y los Capriles López, y que ni remotamente son familiares; y que no tengo ningún vínculo con ese nuevo rico, nunca he trabajado para él y no tengo nada que ver con sus acciones delictivas y fraudulentas.
Créanme que es nauseabundo para mí hablar de este delincuente, y tengan claro que el verdadero cerebro tras bastidores de todas estas “ollas” es Gerardo Gill Dams, quien, poniendo a esos grupos a enfrentarse, recibe beneficios de ambas partes, en complicidad con este demente, vanagloriado por Nitu Pérez Osuna:
🔗 https://www.youtube.com/live/7um38-3eWf8?si=hZyjhFRm6_do0Ck9
🔗 https://youtu.be/TUZ_cW0T2qg?si=3FftJqoV28DzpJ0d
AQUÍ SE ORIGINA EL ODIO DE WENDER ENRIQUE VILLALOBOS:
Su envidia por no poder mostrar con orgullo haber cultivado las virtudes en su hijo.
AHORA MUCHOS FINGEN DEMENCIA
Ahora nadie recuerda cuando el interinato, Benjamín Rausseo, Manuel Rosales, los hermanos Magín y Fernando Blasi-Blanchard, EVTV, Carlos Méndez y Miguel Ángel Rodríguez contrataban los servicios de Gerardo Gill.
Por último les recuerdo que yo soy el que va a llevar ante la justicia por excluirme del testamento fraudulentamente a Julio Martin Herrera Kolters y haré que los Cigala paguen para resarcir el daño a la honra de mi madre.