Con el inicio de la Copa América 2024 este jueves 20 de junio en Atlanta, Estados Unidos, las miradas de las agencias de investigación norteamericanas se posan sobre la posible presencia de un personaje controvertido: Jorge Giménez, presidente de la Federación Venezolana de Fútbol (FVF). La participación de Giménez en el torneo continental, que reúne a las selecciones de Conmebol (Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, Paraguay, Perú, Uruguay y Venezuela) y Concacaf (Canadá, Costa Rica, Estados Unidos, Jamaica, México y Panamá) hasta el 14 de julio en el Hard Rock Stadium de Miami, Florida, no ha pasado desapercibida debido a las acusaciones que pesan sobre él y sus vínculos con la administración chavista. La pregunta que algunos se hacen, mientras, es si Giménez será arrestado por alguna agencia federal, de pisar suelo estadounidense.
Diversos medios de comunicación lo señalan como supuesto testaferro de Delcy Rodríguez, vicepresidenta de Venezuela, y lo vinculan con una trama de corrupción en España conocida como el “Caso Koldo”. Este caso, que salió a la luz a finales de 2019 y principios de 2020, destapó una red de transferencias sospechosas entre empresarios chavistas y figuras políticas españolas. Uno de los eventos clave fue un pago de 300.000 euros realizado el 3 de enero de 2020 por Apamate Corporate and Trust, empresa dirigida por Carlos Alberto Parra Delgado y Óscar Cunto André, a Deluxe Fortune, una pieza clave en la trama Koldo, según reporte de la web Ciudad Gótica News.
Esta última empresa está relacionada con Víctor de Aldama, un intermediario conocido por manejar comisiones ilegales derivadas de contratos públicos, incluyendo la venta de mascarillas durante la pandemia. Este pago se realizó días antes de un encuentro polémico conocido como “Delcygate”, en el que Jorge Giménez acompañó a Delcy Rodríguez en una reunión con José Luis Ábalos, entonces ministro de Transporte español, el 19 de enero de 2020 en Madrid.
A pesar de la controversia, el caso fue archivado por un juzgado de Madrid. Sin embargo, la sombra de la duda persiste sobre Giménez, quien ha sido señalado por algunos medios por realizar múltiples viajes con altos funcionarios chavistas, incluyendo a la propia Delcy Rodríguez. Estos viajes, según la publicación, levantan sospechas sobre su participación en operaciones financieras y políticas.
La presencia de Jorge Giménez en la Copa América, un evento deportivo de gran envergadura, añade un nuevo capítulo a la historia de este personaje envuelto en la polémica. Mientras las selecciones se preparan para competir en el torneo, la atención de las agencias de investigación estadounidenses y la prensa internacional se centra en Giménez, esperando desentrañar la verdad detrás de las acusaciones que lo vinculan al poder en Venezuela y a las sombras de la corrupción.
Del fútbol a los negocios turbios: La trama de corrupción que salpica a Jorge Giménez
La figura de Jorge Giménez no solo está bajo la lupa por su cercanía al poder en Venezuela, sino también por su presunta participación en una serie de negocios turbios que lo conectan con casos de corrupción de alto perfil. Uno de ellos es el ya mencionado “Caso Koldo” en España, donde se investigan los vínculos entre empresarios chavistas y figuras políticas españolas en una trama de contratos públicos fraudulentos, especialmente durante la pandemia de COVID-19.
Giménez aparece en este escenario junto a Víctor de Aldama, dueño del Zamora Club de Fútbol, con quien también comparte negocios en el ámbito deportivo. En agosto de 2019, Aldama cerró un acuerdo con el Deportivo Lara, un equipo de primera división venezolana, para recibir al jugador Ignacio Anzola. Sin embargo, la relación entre Giménez y Aldama va más allá del fútbol, extendiéndose al mundo de los fármacos y suministros médicos, un sector especialmente lucrativo durante la pandemia.
La opacidad en las compras venezolanas durante la crisis del COVID-19 ha levantado sospechas sobre la posible participación de Giménez y Aldama en la adquisición de mascarillas y pruebas diagnósticas a precios inflados o con irregularidades en los procesos de contratación.
Pero las acusaciones contra Giménez no terminan ahí. El presidente de la FVF también ha sido señalado como el mayor deudor de PDVSA, la petrolera estatal venezolana, acumulando facturas impagas por más de 1.200 millones de dólares a través de empresas como Panglobal Energy SMC LTD y Ripple Oil Trading LTD.
A Giménez se le acusa de utilizar estas empresas como fachada para ocultar la riqueza de funcionarios corruptos y de participar en operaciones opacas en el comercio petrolero, así como en la importación inflada de alimentos a Venezuela. A pesar de las denuncias en su contra, Giménez continúa operando sin inconvenientes, expandiendo su influencia a través de la asociación con empresas chinas.
Su nombre también se ha visto salpicado por la trama de corrupción PDVSA-Cripto, en la que se desviaron miles de millones de dólares a través de operaciones con criptomonedas.
La participación de Jorge Giménez en la Copa América, lejos de pasar desapercibida, ha puesto bajo el escrutinio internacional la red de corrupción que parece tejerse a su alrededor.
El entramado de Giménez entre España, Venezuela y el Caribe
Las piezas del rompecabezas se completan con la conexión de Jorge Giménez con otros personajes oscuros y sus operaciones en el Caribe, que revelan un patrón de manejos turbios.
Un nombre que emerge con fuerza en este entramado es el de Jorge Brizuela Guevara, alias “El Venezolano”. Este empresario del sector salud, con operaciones en México, República Dominicana, Colombia, Puerto Rico y Miami, ha sido identificado por organismos de inteligencia internacionales como un supuesto agente del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (SEBIN), la policía política de Venezuela.
Brizuela, mencionado en la filtración de documentos conocida como “Guacamaya Leaks” en 2023, estaría involucrado en actividades de lavado de dinero y tendría nexos con la mafia rumana en Quintana Roo, México. La prensa española lo vincula directamente con Víctor de Aldama, el empresario español del “Caso Koldo”, en la expansión de la red de clínicas y laboratorios Pronalab por América.
Ambos aparecen juntos en fotografías publicadas en redes sociales, donde Brizuela se refiere a Aldama como “embajador del Gobierno de España para las Américas”. Estas imágenes también revelan la participación de otro personaje clave en la trama Koldo: Nacho Díaz Tapia.
La justicia española intenta determinar la profundidad de la relación entre Brizuela Guevara y Víctor de Aldama, así como su participación en el esquema de sobornos, fraude y lavado de dinero que se investiga en el “Caso Koldo”. La sombra de sospecha se extiende también sobre Giménez, quien se habría reunido con ambos en el aeropuerto de Barajas en enero de 2020, durante el polémico “Delcygate”.
Recordemos que en ese episodio, Delcy Rodríguez, a pesar de tener prohibida la entrada a territorio europeo por las sanciones impuestas por la Unión Europea, aterrizó en Madrid en un vuelo privado procedente de Turquía. La acompañaban funcionarios y empresarios venezolanos, entre ellos Yussef Abou Nassif, Kenny Antonio Díaz Rosario, director general de la Vicepresidencia; Félix Ramón Plasencia González, entonces ministro de Turismo y Comercio Exterior; y Alejandra Carolina Bastidas González, directora general de Comunicación y Relaciones Institucionales de la Vicepresidencia.
En el aeropuerto la esperaban José Luis Ábalos, entonces ministro de Transporte español, y su asesor Koldo García Izaguirre, quienes abordaron el avión para una breve reunión. El encuentro, coordinado por Jesús María Gómez Martín, comisario jefe del Puesto Fronterizo de la Policía Nacional en el aeropuerto, y otro agente, levantó serias dudas sobre la naturaleza de la visita de Rodríguez y los acuerdos que se pudieron haber alcanzado.
