Jordan Goudreau es arrestado en los Estados Unidos por su papel junto a la venezolana Yacsy Álvarez en el tráfico de armas para la “Operación Gedeón”

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La justicia estadounidense ha puesto bajo arresto a Jordan Goudreau, un exboina verde condecorado, por su presunta participación en un complot de tráfico de armas vinculado a un intento fallido de golpe de estado en Venezuela en 2020. La acusación, presentada en un tribunal federal de Tampa, Florida, señala a Goudreau, de 48 años, como el cerebro detrás del envío ilegal de un arsenal de armas a Colombia, con la intención de derrocar a la administración de Nicolás Maduro.

Goudreau, quien recibió tres Estrellas de Bronce por su valentía en Irak y Afganistán, no actuó solo en esta trama. Yacsy Álvarez, una ciudadana venezolana, también fue acusada de participar en el plan, que buscaba equipar a un grupo de disidentes venezolanos con armamento de alto calibre. Entre los pertrechos enviados ilegalmente se encontraban fusiles AR-15, municiones, silenciadores, gafas de visión nocturna y otros equipos militares, violando las leyes de control de armas de Estados Unidos al carecer de las licencias de exportación pertinentes.

La acusación de 22 páginas, elaborada por la fiscalía, expone un complot que mezcla osadía y torpeza a partes iguales. A través del análisis de mensajes de texto intercambiados entre los acusados, las autoridades reconstruyeron la red de compras de armamento, transferencias de dinero, vuelos chárter y logística utilizada para transportar el material de guerra hasta Colombia.

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“Aquí está la lista, hermano”, se lee en un mensaje enviado por Goudreau a un proveedor en noviembre de 2019. La lista incluía, entre otros pertrechos, rifles AR-15, dispositivos de visión nocturna y cascos balísticos. La urgencia de Goudreau por recibir el material queda patente en otro mensaje: “Definitivamente necesitamos nuestras armas”. La investigación también desveló una unidad de almacenamiento en Phoenix, Arizona, donde un cómplice no identificado – que, según fuentes de la agencia AP, sería otro exboina verde – se encargaría de recoger la munición.

El plan de Goudreau y Álvarez no se limitaba a la adquisición de armas. Yacsy Álvarez, según se desprende de los mensajes, planeaba transportar parte del material en un vuelo que la llevaría de Estados Unidos a Colombia. La operación, bautizada como “Operación Gedeón” por sus artífices, comenzó a tomar forma a principios de 2020, cuando Goudreau adquirió un yate usado por 90.000 dólares. Bautizado como “Silverpoint”, el navío zarpó de aguas estadounidenses en febrero de 2020 con un cargamento que incluía municiones, placas de protección corporal y cargadores para rifles AR-15. A bordo viajaban Goudreau, un socio aún no identificado y varias latas de munición.

Un mes después, las autoridades colombianas interceptaron un vehículo alquilado por Álvarez en un puesto de control cerca de Santa Marta, una ciudad costera en el Caribe colombiano. En su interior encontraron parte del equipo militar enviado desde Estados Unidos. Este hallazgo desencadenó una serie de eventos que llevaron a la captura de varios implicados y destaparon la trama golpista.

La figura de Yacsy Álvarez resulta particularmente llamativa en este entramado. Socia de un empresario venezolano cercano al gobierno del fallecido Hugo Chávez, Álvarez conocía bien los entresijos del poder en Venezuela. Su socio, Franklin Durán, había pasado incluso una temporada en prisión en Estados Unidos por intentar encubrir pagos ilícitos a aliados de Chávez. Paradójicamente, Durán también mantenía estrechos vínculos comerciales con la administración de Maduro, lo que lo convertía en un improbable cómplice de un plan para derrocar al actual presidente.

Aunque Durán no ha sido imputado en la acusación estadounidense, la fiscalía sí menciona el uso de un avión privado Cessna Citation II, propiedad del empresario venezolano, para transportar a Goudreau y Álvarez entre Miami y Barranquilla en al menos tres ocasiones. En Barranquilla, la ciudad colombiana bañada por el mar Caribe, Goudreau y Álvarez registraron una filial de Silvercorp, la empresa de seguridad del exboina verde con sede en Melbourne, Florida.

La “Operación Gedeón”, que algunos analistas han comparado con la fallida invasión de Bahía de Cochinos en Cuba en 1961, se saldó con un rotundo fracaso. Los golpistas, un grupo heterogéneo de exmilitares venezolanos y aventureros extranjeros, fueron rápidamente neutralizados por las fuerzas de seguridad venezolanas, que ya estaban al tanto de la trama. Dos excompañeros de Goudreau en los Boinas Verdes fueron capturados y pasaron años encarcelados en Venezuela hasta que se produjo un intercambio de prisioneros en 2023.

Tras su arresto en Nueva York el pasado martes 30 de julio, Goudreau compareció ante un tribunal federal en Manhattan. El futuro judicial del exboina verde aún es incierto, a la espera de que se determine si podrá quedar en libertad bajo fianza. Su abogado, Gustavo J. García-Montes, ha declarado que su cliente se declara inocente, pero ha evitado hacer más comentarios sobre el caso. Por su parte, el abogado de Álvarez, Christopher A. Kerr, ha afirmado que su clienta busca asilo en Estados Unidos y que ha estado viviendo pacíficamente en el país junto a familiares, algunos de ellos ciudadanos estadounidenses.

Si se les declara culpables, Goudreau y Álvarez podrían enfrentarse a penas de prisión de entre 5 y 20 años por cada uno de los cargos relacionados con la violación de las leyes de control de armas de Estados Unidos. El caso ha vuelto a poner el foco en las tensiones políticas que sacuden a Venezuela, así como en el papel de actores extranjeros en la crisis que atraviesa el país sudamericano.

El intento de golpe de Estado, que Goudreau organizó en 2020, fue precedido por meses de intentos de recaudar fondos para la operación. The Associated Press publicó una investigación detallando estos esfuerzos dos días antes de la incursión fallida. Inicialmente, el entonces líder opositor Juan Guaidó mostró entusiasmo por la idea y firmó un acuerdo con Goudreau para explorarla, pero el apoyo financiero fue escaso.

El arresto de Goudreau coincide con un momento de tensión política en Venezuela. Recientemente, Maduro fue declarado ganador de las elecciones presidenciales, pero varios estados occidentales, incluido Estados Unidos, se niegan a reconocer los resultados. La oposición ha presentado registros que, según afirman, muestran que su candidato, Edmundo González, derrotó a Maduro por un margen de dos a uno.

Cabe mencionar que a principios de este año, Cliver Alcalá, el principal socio de Goudreau en el intento de golpe, fue sentenciado en un tribunal federal de Manhattan a más de dos décadas de prisión por un caso no relacionado de suministro de armas a rebeldes financiados por el narcotráfico.

La enigmática Yacsy Álvarez Mirabal: Una pieza clave en la trama del fallido golpe de Estado de 2020 en Venezuela

Yacsy Álvarez

La figura de Yacsy Alexandra Álvarez Mirabal ha emergido como un eslabón crucial en la trama del fallido golpe de estado en Venezuela, una operación que buscaba derrocar al presidente Nicolás Maduro. La administración Maduro ha solicitado su extradición, acusándola de ser parte de una conspiración orquestada desde el sur de la Florida. Mientras tanto, el gobierno colombiano la ha señalado como una figura vinculada al narcoterrorismo. Sin embargo, su familia en Tampa, Florida, insistía en 2021 en que es totalmente inocente, describiéndola como una profesional del marketing, profundamente religiosa, que se vio envuelta en una situación que no comprendía a cabalidad.

La operación, conocida como “Operación Gedeón”, fue orquestada por el ex boina verde estadounidense Jordan Goudreau y su compañía con sede en Florida, Silvercorp USA. Esta misión militar, que fracasó en mayo de 2020, dejó un saldo trágico de seis muertos y decenas de militares y policías venezolanos detenidos, incluyendo a dos exsoldados estadounidenses que trabajaban para Silvercorp.

Álvarez, quien posee un modesto apartamento en Tampa y registró una compañía allí en abril de 2017, concedió una entrevista telefónica desde el centro de reclusión en Colombia donde se encontraba. En ella, proclamó su inocencia, asegurando: “no soy terrorista. No tengo ningún tipo de relación con armas, ni con militares. Soy humanista, totalmente. Creo en el ser humano y soy muy creyente de Dios”.

Las autoridades colombianas anunciaron el arresto de Álvarez el 3 de septiembre de 2020, un día después de su detención y cuatro meses después del fracaso de la Operación Gedeón. Este arresto se produjo luego de una investigación conjunta con el Departamento de Seguridad Nacional y el FBI que determinó que los venezolanos implicados en la operación planeaban “acciones desestabilizadoras dentro del territorio colombiano”.

La imagen que proyectaba Álvarez en los videos grabados antes de su arresto, obtenidos por el Miami Herald y su compañía matriz, McClatchy, contrastaba con la imagen de una combatiente peligrosa. Vestida con una franela negra y con el pelo recogido, Alex, como se le conoce en las redes sociales por su segundo nombre, Alexandra, lucía delgada, de baja estatura e inofensiva. Su apariencia más bien se asemeja a la de una ejecutiva de marketing que a alguien capaz de desestabilizar a dos países.

Su familia, en especial su hermana Kristel, quien también reside en Tampa, defendió en 2021 fervientemente su inocencia. “En nuestra familia, nosotros creemos firmemente en la inocencia de Yacksy. Sabemos quién es ella, como fue criada y los valores que tiene. Estamos totalmente convencidos de que ella no es una espía, que no trafica armas y que no tiene necesidad de hacer nada de eso”, dijo Kristel. “Creo que ella no estaba realmente enterada de lo que estaba detrás de la gente con la que estaba en contacto”.

La Operación Gedeón tenía como objetivo enviar un pequeño grupo de invasores a Venezuela para incitar una rebelión popular contra la administración de Maduro, con el fin de instalar al opositor Juan Guaidó como presidente del país. Sin embargo, la operación terminó en desastre. Seis insurgentes fueron ejecutados por agentes de Maduro pocas horas después de desembarcar en la costa venezolana, y otros 49 fueron capturados, incluyendo a los dos estadounidenses Luke Denman y Airan Berry.

La participación de Álvarez en la operación parece haber sido fundamental. En los videos grabados antes de su arresto, ella alega que existía un acuerdo entre los conspiradores y el gobierno colombiano, que, según ella, permitió que las operaciones de planificación se llevaran a cabo en su territorio a cambio de una promesa de los insurgentes de ayudar a combatir al grupo guerrillero Ejército de Liberación Nacional (ELN).

Álvarez afirma que el entonces presidente colombiano Iván Duque y el ex presidente Álvaro Uribe tenían conocimiento de una reunión secreta realizada en un hotel Marriott en Bogotá, donde se discutió, entre otros temas, la lucha contra el ELN.

“Nos prometieron tres cosas a cambio. Primero prometieron una pista para aterrizar aviones, y un lugar para entrenar, un campamento. Y cruce libre de la frontera entre Colombia y Venezuela”, dijo Álvarez en uno de los videos. “A cambio, se acordó a luchar contra el ELN. Lo sé porque fui la traductora entre Jordan Goudreau y Cliver Alcalá”.

Estos tres puntos también fueron mencionados en la demanda que Goudreau presentó en la Florida contra Juan José Rendón, el representante de Juan Guaidó.

El caso judicial contra Álvarez se basa en la supuesta importación ilegal de una pequeña cantidad de armas y equipos militares a Colombia.

El rol de Álvarez en la Operación Gedeón: Traducciones, logística y entrenamiento

El arresto de Álvarez fue anunciado por el propio presidente Iván Duque, quien la señaló como una de las “criminales” que pretendían realizar operaciones de desestabilización dentro de Colombia.

“Se trataba de personas que venían de Venezuela y supuestamente fueron financiadas y promovidas por el régimen dictatorial de Nicolás Maduro”, dijo Duque en una conferencia de prensa.

Álvarez trabajó en Barranquilla, donde también se encontraba Cliver Alcalá, un ex general de división venezolano exiliado y uno de los planificadores de la Operación Gedeón. Alcalá, sin embargo, se entregó a las autoridades colombianas el 27 de marzo de 2020, unas cinco semanas antes de que la incursión comenzara a principios de mayo.

Alcalá fue extraditado rápidamente a Estados Unidos en relación a una acusación sellada presentada en su contra en el Distrito Sur de Nueva York.

La relación de Álvarez con Alcalá no era solo profesional, sino también personal. Álvarez trabajó para Franklin Durán, un empresario venezolano conocido por sus vínculos con la administración de Hugo Chávez, quien se declaró un amigo cercano de Alcalá y aseguró haberle brindado apoyo económico.

Durán dijo en una entrevista con el Washington Post que le había dado al general retirado $5,000. “Estaba tratando de ayudar a un amigo que no tenía dinero en efectivo”, dijo. “Cuando lo vi, cada dos o tres meses, le di algo, para su esposa e hijo”.

Durán incluso le pidió a Yacsy que ayudara a Alcalá con algunos trámites, según confirmaron las fuentes.

“Franklin es un viejo amigo de Alcalá desde hace muchos años y en ocasiones le pedía a Yacsy que pagara las facturas de servicios públicos o el mercado en Colombia” con fondos depositados por Franklin”, dijo una persona cercana a Álvarez.

Álvarez también ayudó a Alcalá en otras diligencias y es posible que le pidieran que se desempeñara como traductora general al reunirse con Goudreau, dijeron dos fuentes. Informes de prensa publicados en Colombia reportaron que en los campos de entrenamiento a veces la llamaban la sobrina de Alcalá.

Además de sus labores como traductora, Álvarez también desempeñó un papel crucial en la logística de la Operación Gedeón.

Álvarez, quien ayudó a operar la empresa de Venoco en Barranquilla, también había incorporado una sucursal para la firma de Goudreau, Silvercorp USA, en Colombia, muestran documentos y mensajes de texto obtenidos del teléfono celular de Goudreau.

El teléfono celular de Goudreau mostraba cientos de mensajes de texto intercambiados entre el ex boina verde y Álvarez que sugieren que ella colaboró con los organizadores de la operación, ayudándoles a llevar suministros y trasladar nuevos reclutas hasta los campos de entrenamiento en Colombia.

El celular también mostraba su participación en la coordinación de vuelos de suministros —que incluían chalecos, placas de acero, kits de herramientas, uniformes y cascos— entre los aeropuertos de Opa-locka y los campos de entrenamiento colombianos, y acompañando a algunos de los hombres a los campos después de aterrizar en Colombia.

“De una manera [sic] u otra, cambiamos el mundo”, escribió Álvarez a Goudreau en un mensaje de texto del 6 de febrero, uno de sus últimos recados que se encontraban en el teléfono del ex boina verde.

La Operación Gedeón: Una trama llena de intrigas, alianzas inesperadas y acusaciones de traición

La Operación Gedeón, que se diseñó como una incursión rápida para derrocar a Maduro, terminó en desastre.

La inteligencia de la administración de Maduro, que había infiltrado la operación, logró desmantelarla con gran eficacia. Los seis insurgentes que lograron desembarcar en la costa venezolana fueron ejecutados a sangre fría por agentes de Maduro.

Los videos de Álvarez, grabados antes de su arresto, revelan una trama llena de intrigas, alianzas inesperadas y acusaciones de traición.

En los videos, Álvarez alega que el gobierno colombiano tuvo conocimiento de la operación antes de que comenzara en mayo de 2020.

En esos videos, ella también declara haberse reunido con agentes policiales de Estados Unidos por tres horas a mediados de junio, a los que les pidió protección porque temía ser asesinada de ser enviada de regreso a su natal Venezuela.

“Temo por mi vida porque sé que el gobierno de Venezuela me está buscando en Colombia y en Venezuela”, dijo Álvarez, de 39 años, en uno de los cinco breves videos que grabó a finales de junio de 2020 en su teléfono celular.

“En Colombia han estado tratando de contactar a amigos (míos) a través de llamadas telefónicas y han sido visitados por policías, policías colombianos, que hacían preguntas raras”, agregó.

Y en la entrevista telefónica, ella dijo que el entonces ministro de Información de Maduro, Jorge Rodríguez, había anunciado que la administración venezolana buscaba su captura y había enviado agentes encubiertos para hacerlo.

Álvarez se describió a sí misma en la entrevista como una mujer religiosa que pensaba que estaba ayudando en los esfuerzos humanitarios en Venezuela y que luego cooperó plenamente con las autoridades colombianas durante dos meses antes de ser arrestada, hecho que ella describió como una total sorpresa.

“Habíamos acordado reunirnos porque yo ya tenía más de un mes trabajando con ellos”, dijo al relatar que ella también se había reunido con el FBI mientras se encontraba escondida en Colombia y que había compartido la misma información con la agencia colombiana de inteligencia.

“No estaba entonces tan asustada porque pensé que ellos (en Colombia) me protegerían porque yo les estuve pidiendo protección”, dijo.

Perfiles sobre Álvarez publicados por los medios latinoamericanos muestran que ella estudió en España, que trabajó brevemente como una modelo de vestidos de novia confeccionados y que trabajó en marketing.

Su nombre aparece en las escrituras de un modesto apartamento en Tampa, donde su padre y otros familiares viven, y los registros también muestran que ella se unió a varias compañías multinacionales en Venezuela antes de pasar a trabajar en Venoco, la compañía de lubricantes que hacía negocios con la estatal Petróleos de Venezuela y pertenecía al controversial Franklin Durán.

El empresario venezolano es una figura conocida en Venezuela. Durán fue condenado a prisión en el Sur de la Florida en 2008, tras verse vinculado al sonado caso de “El Maletín”, en el que un pequeño grupo de venezolanos fueron enjuiciados por llevar una maleta llena de dinero para la campaña presidencial de Cristina Fernández de Kirchner en Argentina.

La conexión de Álvarez con el caso de “El Maletín” y su vínculo con el Cartel de los Soles

Alex aparece dentro del contenido del celular de Goudreau obtenido en exclusiva por McClatcy. El teléfono muestra cientos de mensajes de texto intercambiados entre el exboina verde y Álvarez que sugieren que ella colaboró con los organizadores de la operación, ayudándoles a llevar suministros y trasladar nuevos reclutas hasta los campos de entrenamiento en Colombia.

En algunos periódicos latinoamericanos, Álvarez ha sido catalogada como una espía venezolana.

“¿Quién es Alex, la multifacética espía en Venezuela”, tituló el diario La Nación en un artículo sobre ella publicado el 8 de octubre de 2020. La publicación argentina, al igual que varios medios en Colombia, atribuyeron la información a fuentes de inteligencia del país andino.

La acusación formal presentada en el Distrito Sur de Nueva York, que involucra a Cliver Alcalá, menciona específicamente que Alcalá tuvo la tarea inicial de coordinar las actividades de narcotráfico en Venezuela de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), un grupo guerrillero considerado por Washington de ser una organización terrorista que durante décadas se financió con el tráfico de drogas.

El exjefe de espías venezolano Hugo Carvajal también es mencionado en la acusación.



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