La dudosa santidad del Luis Alfonso de Borbón, ahora con la Orden del Santo Sepulcro de Jerusalén: ¿Un caballero o un buitre financiero?

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Por Gabriela Ruiz

Desde el pasado 28 de septiembre las redes sociales echan humo con la reciente investidura de Luis Alfonso de Borbón como caballero de la Orden del Santo Sepulcro de Jerusalén. Mientras algunos celebran este reconocimiento, otros, como el perfil de X Defensor Bancario (@DefensorBank), ponen en duda la idoneidad del bisnieto de Francisco Franco para recibir tal honor, recordando su controvertida trayectoria, marcada por su implicación en la quiebra de varias entidades bancarias.

La crítica de Defensor Bancario se centra en la participación de Luis Alfonso de Borbón en al menos cuatro quiebras bancarias, un historial que contrasta con la imagen de rectitud y honorabilidad que se espera de un caballero de una orden religiosa. De hecho, Defensor Bancario cuestiona con sarcasmo si la participación en la ruina de miles de ahorradores es un mérito suficiente para recibir una investidura de este tipo.

El perfil de X, conocido por su labor de defensa de los derechos de los usuarios de banca, no se limita a cuestionar la investidura, sino que también interpela a periodistas y medios de comunicación para que investiguen a fondo la trayectoria de Luis Alfonso de Borbón, instando a que se arroje luz sobre su papel en el Grupo Banco Occidental de Descuento (BOD).

La Orden del Santo Sepulcro: Un reconocimiento empañado por la controversia

La Orden Ecuestre del Santo Sepulcro de Jerusalén, de la que Luis Alfonso de Borbón ha sido investido caballero, es una orden de caballería de la Iglesia Católica que data del siglo XI. Su objetivo principal es la defensa y protección de los Santos Lugares en Tierra Santa y el apoyo a la Iglesia Católica en Jerusalén.

La investidura de nuevos caballeros se realiza mediante una ceremonia solemne que tiene lugar en un entorno religioso. En el caso de Luis Alfonso de Borbón, la ceremonia se llevó a cabo en la Colegiata de Santa María la Mayor de Ronda, Málaga, España, como se puede apreciar en un video publicado por el periodista Fonsi Loaiza.

 

El video muestra a Luis Alfonso de Borbón arrodillado ante un prelado, quien le impone la insignia de la orden. La ceremonia está rodeada de un gran simbolismo religioso, con la presencia de otros caballeros de la orden, vestidos con sus características capas blancas adornadas con la cruz de Jerusalén.

La Orden del Santo Sepulcro se basa en principios como la defensa de la fe, la caridad y la justicia. La participación de Luis Alfonso de Borbón en la quiebra de bancos y su falta de transparencia en sus negocios parecen contradecir estos principios.

La controversia generada por la investidura de Luis Alfonso de Borbón pone en entredicho la rigurosidad de los criterios de selección de la Orden del Santo Sepulcro. No están claros los motivos por los que la Iglesia Católica ha decidido otorgar este reconocimiento a una persona con un historial tan cuestionable, especialmente si se pretende mantener la credibilidad y el prestigio de una institución con siglos de historia.

La imagen de Luis Alfonso de Borbón arrodillado ante un prelado, asistiendo acompañado  por su esposa María Margarita Vargas, para recibir la insignia de la Orden del Santo Sepulcro, contrasta con la de miles de ahorradores que perdieron su dinero en la quiebra de las entidades bancarias en las que él participó. Esta contradicción pone de manifiesto la necesidad de que la Iglesia Católica y la Orden del Santo Sepulcro reflexionen sobre la coherencia entre sus principios y las acciones de aquellos a quienes reconocen con sus distinciones.

El “banquero de Chávez” y la caída del imperio BOD

Víctor Vargas y Luis Alfonso de Borbón

La historia de Luis Alfonso de Borbón con el mundo de las finanzas está intrínsecamente ligada a su suegro, Víctor Vargas Irausquín, conocido como el “banquero de Chávez”. Vargas, presidente del Grupo BOD, construyó un imperio financiero que se extendió por países latinoamericanos y caribeños. Sin embargo, este imperio se desplomó a partir de 2019, dejando tras de sí un rastro de quiebras e inversores arruinados.

Luis Alfonso de Borbón ocupó el cargo de Vicepresidente Internacional del BOD desde 2005, además de formar parte de la junta directiva de varias filiales del grupo, incluyendo el Banco del Orinoco en Curazao y AllBank Corp en Panamá. Ambas entidades fueron intervenidas por las autoridades de sus respectivos países en 2019, debido a graves irregularidades financieras.

En el caso del Banco del Orinoco, las autoridades de Curazao descubrieron la utilización de documentación falsa en los informes financieros, lo que llevó a la quiebra de la entidad. Miles de depositantes, en su mayoría venezolanos, perdieron sus ahorros. En Panamá, AllBank Corp fue intervenido debido a la falta de controles internos y una gestión deficiente de la Junta Directiva, poniendo en riesgo los fondos de los clientes.

De Borbón: ¿Un imán para inversores o un cebo para incautos?

A pesar del escándalo que rodeó la caída del Grupo BOD, Luis Alfonso de Borbón no ha abandonado el mundo de las finanzas. Desde 2022, el Duque de Anjou ha sido consejero y “director ejecutivo de relaciones internacionales” para España y Portugal de Tayrona Hispania SL, una empresa presidida por el controvertido abogado colombiano Jaime Alfonso Ordóñez Arturo.

Ordóñez Arturo cuenta con un historial turbio en el ámbito empresarial. Ha sido acusado de estafar a inversores de su fondo de capital y ha enfrentado demandas en Estados Unidos por deudas relacionadas con su época como productor cinematográfico.

La sociedad entre De Borbón y Ordóñez Arturo genera suspicacias. El Duque de Anjou, con su título nobiliario y su linaje, podría ser utilizado como un imán para atraer inversores a Tayrona Hispania SL. Esta estrategia recuerda a la que se empleó en el Grupo BOD, donde la figura de De Borbón pudo haber contribuido a generar confianza entre los clientes, a pesar de la gestión financiera cuestionable del grupo.

La pregunta que surge es si Luis Alfonso de Borbón es un genuino hombre de negocios o simplemente un cebo para atraer inversores incautos, aprovechando su título nobiliario para ocultar las prácticas cuestionables de sus socios.

Hasta la fecha, la sociedad entre Luis Alfonso de Borbón y Jaime Alfonso Ordóñez Arturo ha generado poco ruido mediático. La falta de investigación periodística y la discreción con la que se ha manejado esta alianza empresarial resultan preocupantes.

Solo a través de una investigación periodística exhaustiva y una mayor transparencia se podrá determinar si la investidura como caballero de la Orden del Santo Sepulcro de Jerusalén es un reconocimiento merecido o una burla a la ética y la moral.


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