Antonio Guillermo Arvelaiz Idler compromete a su hermano el cantante venezolano Manuel Arvelaiz en nueva estafa en Florida con yate fantasma

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Por Felicia Osorio

Giuseppe Di Campo Conventi, un empresario venezolano radicado en Doral, Florida, desde marzo de 2022, ha presentado una denuncia formal ante el Departamento de Policía de la Ciudad de Doral por un presunto delito de estafa que asciende a una suma cuantiosa. El acusado es Antonio Guillermo Arvelaiz Idler, un ciudadano venezolano con domicilio en la misma ciudad. Los hechos, según la denuncia, se remontan a febrero de 2023 y se extienden hasta noviembre del mismo año.

Di Campo detalla en su denuncia cómo se vio envuelto en una serie de transacciones fraudulentas relacionadas con la compra de embarcaciones en Venezuela. Arvelaiz, a quien Di Campo conocía por referencias previas en el negocio de compra y venta de embarcaciones, le propuso una sociedad para adquirir un yate de lujo, modelo Cranchi Fifty 8 Fly Bridge, a un precio supuestamente favorable.

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Según la versión de Di Campo, Arvelaiz se encargó de toda la negociación con los supuestos dueños de la embarcación en Venezuela, asegurando que el precio de compra era de 300.000 dólares y que se requerían 100.000 dólares adicionales para reparaciones y traslado a Miami. La intención era luego vender el yate a un cliente en Cancún, México, por 640.000 dólares, obteniendo una ganancia de 240.000 dólares para ambos socios según un reporte del portal abcnoticias.net.

Confiando en las palabras de Arvelaiz, Di Campo, a través de su hijo, Doménico Di Campo, y de la empresa Collection Exotic LLC, firmó un acuerdo notariado el 7 de febrero de 2023 en la oficina del acusado en Doral. El documento establecía los montos a aportar por cada parte y las características de la embarcación, otorgando un plazo de 120 días para la negociación. Arvelaiz, por su parte, firmó en representación de la sociedad Latam Marine Solutions LLC, con domicilio en la misma dirección donde se realizó la firma del acuerdo.

Transferencias, reparaciones y un viaje accidentado: La trama de la estafa

Una vez firmado el acuerdo, Di Campo procedió a realizar la primera transferencia bancaria por un monto de 150.000 dólares a la cuenta especificada por Arvelaiz en el documento de compraventa. A partir de ese momento, Arvelaiz comenzó a solicitarle a Di Campo sumas adicionales de dinero para cubrir supuestas reparaciones, gastos de traslado de la embarcación desde Venezuela y otros imprevistos.

Antonio Guillermo Arvelaiz

Di Campo, manteniendo la confianza en su socio, realizó diversas transferencias a la cuenta de Latam Marine Solutions LLC, sumando un total de 72.317 dólares adicionales a la inversión inicial. Arvelaiz le enviaba a través de WhatsApp fotos y videos que supuestamente documentaban el progreso de las reparaciones y el avance del traslado de la embarcación.

En mayo de 2023, Arvelaiz informó a Di Campo que el yate había llegado a Punta Cana, República Dominicana, pero con un problema en uno de los motores. Según Arvelaiz, la cámara del motor se había averiado y se requería su reemplazo. También le envió fotos de los escapes, insinuando que también debían ser reemplazados. Di Campo, nuevamente, accedió a cubrir la mitad de los gastos de reparación, transfiriendo una suma adicional de dinero a Arvelaiz.

En junio, con la embarcación supuestamente lista para zarpar hacia Miami, Arvelaiz comunicó a Di Campo que se había formado una tormenta llamada “Bret” y que no era seguro navegar en esas condiciones. La espera se prolongó hasta julio, cuando Arvelaiz informó que el yate había sufrido un accidente y había llegado a Puerto Plata, República Dominicana, con daños aún mayores.

Un huracán, un supuesto comprador y más excusas

La llegada del huracán “Irma” en agosto supuso un nuevo obstáculo para el traslado del yate, según la versión de Arvelaiz. Durante septiembre, el acusado le hizo creer a Di Campo que había un comprador interesado en adquirir la embarcación en República Dominicana por 600.000 dólares. Arvelaiz incluso envió un supuesto documento de negociación con un error en el “VIN” (el número de identificación del vehículo), lo que Di Campo interpretó como una táctica dilatoria. Hay que acotar que las embarcaciones poseen un Hull Identification Number (HIN), pues el VIN es un número reservado paro los vehículos.

Ante la insistencia de Di Campo para concretar la venta o el traslado del yate a Miami, Arvelaiz propuso una nueva fecha para la firma del contrato con el supuesto comprador, pero la reunión nunca se concretó. Arvelaiz argumentó que el comprador no se había presentado.

A principios de octubre, Arvelaiz aseguró haber solicitado el zarpe de la embarcación para su traslado a Miami, pero días después continuaba afirmando que aún no se lo habían otorgado. Di Campo, cada vez más escéptico, expresó su extrañeza por la demora del trámite.

El 13 de octubre, Arvelaiz justificó una nueva postergación del viaje alegando que había demasiado viento y envió un video que mostraba el fuerte oleaje. Al día siguiente, no respondió las llamadas de Di Campo y el 15 de octubre de 2023 argumentó que era necesario cambiar un impeler del motor porque seguía presentando problemas de recalentamiento.

Di Campo, sorprendido por la necesidad de realizar reparaciones adicionales después de los trabajos realizados en Venezuela y República Dominicana, comenzó a sospechar que estaba siendo víctima de un engaño.

Documentos falsos y una embarcación que nunca salió de Venezuela

El 22 de octubre, Arvelaiz envió a Di Campo una captura de pantalla de una conversación en WhatsApp donde supuestamente informaba que la embarcación había llegado a una isla llamada Arthur Town con problemas en una manguera. Di Campo solicitó un video para ver el daño, pero Arvelaiz no respondió.

El 24 de octubre, ante la pregunta de Di Campo sobre si el yate ya había salido hacia Miami, Arvelaiz envió un video del capitán del barco, quien se identificó como “Guillo”. Di Campo le solicitó al capitán la ubicación exacta de la embarcación, ya que su hijo, socio en la empresa Collection Exotic LLC, viajaría hasta el lugar para verificar su estado.

Arvelaiz, sin embargo, se negó a proporcionar la ubicación, ofreciendo diversas excusas. El 28 de octubre, después de varios días de evasivas, propuso devolverle a Di Campo la mitad del dinero invertido y quedarse con el yate, pero seguía sin revelar la ubicación de la embarcación.

El 30 de octubre, Arvelaiz propuso una nueva reunión en persona para discutir el pago de la mitad del dinero en criptomonedas. Di Campo accedió y le proporcionó los datos de su billetera virtual, pero Arvelaiz no concretó la transferencia.

El 2 de noviembre, Arvelaiz ofreció como garantía de pago un apartamento en Venezuela y el 3 de noviembre fotos de documentos de varios barcos comprados en Venezuela, supuestamente a nombre de su madre. También ofreció como garantía una propiedad en Miramar, Miami. Sin embargo, Di Campo investigó las propiedades y descubrió que la información proporcionada por Arvelaiz era falsa.

El 7 de noviembre, Di Campo contactó a su abogado en Venezuela, quien verificó la autenticidad del documento de compraventa que Arvelaiz le había enviado. El abogado confirmó que se trataba de un documento falso, ya que en los libros de la notaría donde supuestamente se había realizado la transacción figuraba otro documento con los mismos números de tomos, protocolos y fecha.

Di Campo se enfrentó a Arvelaiz, acusándolo de estafador y amenazando con denunciarlo a la policía. Arvelaiz, en un intento por calmar la situación, solicitó una nueva reunión, pero Di Campo se negó a aceptar ninguna otra propuesta que no fuera la devolución total del dinero o la entrega de una propiedad como garantía.

Para el 8 de noviembre de 2023, Di Campo seguía sin la ubicación del barco, sin la devolución del dinero y sin una garantía real de pago.

Nuevas promesas incumplidas y un barco fantasma

El 8 de noviembre, Arvelaiz propuso a Di Campo un nuevo plan: un supuesto préstamo bancario para devolverle el dinero. Sin embargo, Di Campo rechazó la oferta, ya que no confiaba en la capacidad de Arvelaiz para obtener un préstamo y mucho menos para devolverle el dinero.

Esa misma noche, Arvelaiz le ofreció a Di Campo un barco Altamar de 50 pies, modelo 2006, como forma de pago. Afirmó que era propietario del 50% de la embarcación y que se encargaría de negociar con su socio para transferir la propiedad total a Di Campo. Sin embargo, Arvelaiz seguía sin revelar la ubicación del barco ni ofrecer garantías reales de pago.

El 21 de noviembre de 2023, José Manuel Little, un conocido de Di Campo, le envió fotos de la embarcación “Izote” (el yate que supuestamente había sido comprado en Venezuela) informándole que se encontraba en el Carenero Yacht Club, en Higuerote, Venezuela.

Esta información confirmó las sospechas de Di Campo: Arvelaiz le había mentido sobre la compra y el traslado del yate. La embarcación nunca había salido de Venezuela y todos los documentos y pruebas que había presentado eran falsos.

Di Campo se dio cuenta de que Arvelaiz había actuado con la intención de estafarlo, aprovechándose de su buena fe y confianza. No solo había perdido una cantidad considerable de dinero, sino que también había incurrido en gastos adicionales en abogados e investigadores privados para tratar de recuperar su inversión.

El afectado presentó una denuncia formal ante el Departamento de Policía de Doral y también inició acciones legales contra Antonio Guillermo Arvelaiz Idler y la empresa Latam Marine Solutions LLC, que legalmente se encuentra a nombre de su hermano, el cantante Manuel Alejandro Arvelaiz Idler.

El pasado turbulento del acusado: Un historial de problemas con la ley

El acusado de estafa, Antonio Arvelaiz Idler, tiene un historial de problemas con la ley que se remonta a varios años atrás. Arvelaiz es hermano del músico y cantante Manuel Arvelaiz, antiguo integrante del grupo Ankora, una agrupación musical venezolana especializada en el género de pop lírico.

Manuel Arvelaiz, hermano del acusado, Antonio Arvelaiz

Manuel Arvelaiz inició su carrera en solitario en 2015, dándose a conocer con temas como “Que locura enamorarme de ti”, una versión pop lírica del tema del mismo nombre interpretado por el salsero puertorriqueño Eddie Santiago. Sin embargo, no ha logrado alcanzar un abrumador éxito en su carrera como solista, aunque ha continuado realizando presentaciones en sitios nocturnos de Miami y apariciones ocasionales en canales de televisión orientados a público venezolano, como EVTV y TVV.

Antonio Arvelaiz Idler, por su parte, fue detenido en Florida en dos ocasiones, una en julio y otra en noviembre de 2015, por el U.S. Marshals Service, una agencia federal que tiene, entre otras funciones, la de capturar a fugitivos. En junio de 2015, había sido multado por conducir a exceso de velocidad en una zona escolar del condado de Broward y no contar con seguro vehicular requerido.

Las capturas de Arvelaiz en 2015 se produjeron en colaboración con la oficina del Sheriff del condado de Broward. Los arrestos obedecieron a que contra él pesaban cargos de fraude electrónico, que, según la denuncia de Giuseppe Di Campo Converti, parecen haberse reeditado en 2023.

Antonio Arvelaiz, o “Tony” Arvelaiz, como también es conocido, y su madre, manejaban en 2015 el restaurante de comida japonesa Yokohama Sushi Restaurant, en la ciudad de Deerfield Beach, Florida, al sur de Boca Ratón. Fueron desalojados por haber dejado de pagar el alquiler del local y por no operarlo en condiciones adecuadas, entre otros incumplimientos de contrato, motivos por los que además fueron demandados por el propietario del local.

En 2014, Antonio Arvelaiz fue citado por la policía de Davie-Florida por tripular una moto acuática con el registro vencido.

En junio de 2024, Antonio fue demandado por el propietario del apartamento que ocupaba en Doral, luego que dejase de pagar la renta de más de $3.000 mensuales.

Una demanda civil de Giuseppe Di Campo Converti contra AP Productions Unlimited LLC, empresa dirigida por el hermano del acusado, Manuel Alejandro Arvelaiz Idler, es, adicionalmente, un elemento crucial en la búsqueda de justicia por parte del empresario estafado.



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